Gisela Antman decidió cambiar de tono, hablar en voz baja y hacia adentro para hacer resonar sus palabras. Desde hace más de 30 años se dedica al trabajo de la voz entrenando a cantantes y actores. Sin embargo, en algún momento se tiró al vacío y escribió Altavoz, un poemario minimalista, más no mínimo, en el que ahorra palabras para decirlo todo.
Futuros imperfectos, flores, recetas que no son, un hombre en China, fuegos artificiales son algunos temas en los que deambula para crear un universo de ecos que solo rompe con el silencio del lector.
Si no querés pagar el envío del libro, podés recogerlo en alguno de nuestros puntos de entrega:
Gisela Antman decidió cambiar de tono, hablar en voz baja y hacia adentro para hacer resonar sus palabras. Desde hace más de 30 años se dedica al trabajo de la voz entrenando a cantantes y actores. Sin embargo, en algún momento se tiró al vacío y escribió Altavoz, un poemario minimalista, más no mínimo, en el que ahorra palabras para decirlo todo.
Futuros imperfectos, flores, recetas que no son, un hombre en China, fuegos artificiales son algunos temas en los que deambula para crear un universo de ecos que solo rompe con el silencio del lector.
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